Respondo a todas aquellas preguntas que puedes hacerte si estás interesada en hacerte algún tipo de intervención mamaria.
Usamos el término mamoplastia para referirnos a cualquier intervención de cirugía plástica que
tiene como objetivo modificar y mejorar la forma, tamaño y volumen de las mamas. En función del
objetivo principal de la intervención existen distintos tipos de mamoplastias:
Las mamoplastias son las intervenciones de cirugía plástica y estética que más se realizan en nuestro país. Se someten a ella todo tipo de mujeres de todas edades.
Para llevar a cabo cualquier cirugía mamaria es fundamental que la paciente haya completado su crecimiento y desarrollo físico. Esto es comprobable si en los últimos dos años no has aumentado de altura ni número de calzado. Ten en cuenta que al someterte a una operación de este tipo debes tener una madurez psicológica suficiente para comprender y comprometerte con todo lo que conlleva la intervención y el postoperatorio.
Esta es una cuestión con la que tienes que mostrarte inflexible. No debes arriesgar lo más mínimo y asegúrate de que el hospital o la clínica dónde tenga lugar la intervención cuente con todas las instalaciones necesarias para garantizar tu seguridad y bienestar. Además es fundamental que conozcas al cirujano, comprobar que cuenta con el título de especialista en Cirugía Plástica, Estética
y Reparadora, y que el equipo médico que vaya a realizarte la operación sea de plena confianza.
La anestesia que se te aplica durante la intervención no solo evita que seas consciente de ningún tipo de molestia mientras esta se lleva a cabo, sino que además evita que tu organismo sufra y
reaccione al dolor. De igual forma, tras la operación se pautan los analgésicos y la medicación necesaria para que no sientas dolor y el postoperatorio sea lo más cómodo posible. Es habitual que experimentes ciertas molestias parecidas a agujetas en los músculos pectorales y un poco de presión
en el pecho durante los primeros días.
La sutura y cierre de las heridas lo hacemos de manera meticulosa, sin puntos externos visibles para conseguir cicatrices de la mejor calidad que habitualmente al año serán poco visibles. Sin embargo, recuerda que las cicatrices también tienen un proceso lento de evolución y maduración hasta alcanzar su aspecto definitivo. Es completamente normal que durante las primeras semanas las cicatrices adquieran un color rojizo o violáceo y se inflamen.
Con los cuidados adecuados irán blanqueando y aplanándose a lo largo del primer año, hasta hacerse poco visibles. Hay que tener en cuenta que el resultado y aspecto final de las cicatrices también dependerá de cómo cicatrice cada persona.
Tras el proceso quirúrgico lo normal es que pases una noche ingresada. Deberás utilizar un sujetador especial, que comprima la zona, ayudando a reducir la inflamación y que mantenga las prótesis y los drenajes en su lugar. Podrás caminar y realizar una vida relativamente normal desde el día posterior a la intervención, pero con la precaución de no realizar esfuerzos intensos ni movimientos muy amplios con los brazos.
Recuerda que si tu trabajo implica efectuar tareas físicas o esfuerzos no podrás volver al trabajo hasta transcurridas un mínimo de 3-4 semanas tras la intervención.
Es fundamental dejar un periodo de recuperación adecuado antes de comenzar de nuevo con la rutina deportiva, variable dependiendo del tipo de deporte y condiciones de la paciente.
Por regla general, podrás reiniciar la actividad física una vez transcurrido el primer mes, pero se debe realizar de manera paulatina y escalonada, aumentando la intensidad de los esfuerzos y la carga de trabajo de forma progresiva. No recomendamos realizar esfuerzos físicos intensos que impliquen los brazos y músculo pectoral hasta transcurridos al menos 2-3 meses tras la cirugía.
Para realizar deporte, incluso para salir a caminar, es fundamental que el pecho y el resto del tórax se muevan en bloque, por lo que siempre recomendamos el uso de un sujetador de contención que aporte una adecuada sujeción y soporte a las mamas.
A mayor actividad física que afecte a la zona pectoral mayor será el desgaste de los
implantes y el riesgo de complicaciones con rotura o contractura. Esto no obliga a abandonar el ejercicio físico o la actividad deportiva, sólo hay que ser consciente de lo que esto implica.
No es necesario darse masajes, de hecho están formalmente contraindicados, ya que pueden favorecer complicaciones como seromas o hematomas postoperatorios, o provocar desplazamiento o rotación de los implantes.
Durante las primeras 3-4 semanas debes dormir boca arriba, y los primeros días es recomendable que mantengas el cabecero elevado o que duermas con doble almohada. Una vez transcurrido el primer mes podrás dormir de lado, aunque recomendamos que alternes un lado y otro para evitar que se ejerza presión siempre sobre el mismo pecho.
En caso de cirugías con implantes desaconsejamos dormir bocabajo ya que la presión repetida y mantenida durante varias horas puede favorecer el desplazamiento de los implantes.
Por el riesgo de movimientos bruscos y la presión ejercida por el cinturón de seguridad, no recomendamos la conducción durante las primeras 3-4 semanas tras la operación.
Por supuesto, no hay ninguna contraindicación que te impida dar de mamar a tu pequeño/a con total
seguridad.
Durante el primer mes debes evitar siempre la exposición directa de las heridas a las radiaciones solares.
El sol puede provocar de que las cicatrices recientes se pigmenten y oscurezcan, haciéndolas más visibles. Por tanto, una vez cicatrizadas las heridas, y transcurrido el primer mes postoperatorio, debes aplicar crema de protección solar SPF50+ sobre las cicatrices siempre que exista riesgo de exposición al sol al menos durante el primer año postoperatorio. Recomendamos aplicar la crema fotoprotectora incluso debajo de la tela del bañador o bikini.
Después de la cirugía la piel de las mamas está más estirada, debido a la inflamación y al aumento de volumen en los casos dónde se usen implantes. Esta distensión repentina, junto con el uso continuado del sujetador puede suponer una mayor tirantez y sequedad de la piel, que puede dar lugar a irritación o picores, e incluso favorecer la aparición de estrías.
Mantener una buena hidratación de la piel ayudará a aliviar las molestias y a reducir la formación de estrías. Recomendamos el uso de cremas o aceites hidratantes como el aceite de Rosa de Mosqueta puro, o Bio-Oil.
No deberá aplicar aceites ni cremas directamente sobre las heridas hasta que éstas se encuentren completamente cicatrizadas transcurridas las primeras 3-4 semanas.
No recomendamos en todos los casos el uso de parches de silicona para cicatrices. Estos parches están indicados para mejorar el aspecto de cicatrices hipertróficas, que son aquellas que tienen un aspecto grueso y elevado. Solo indicamos el uso de los parches en las pacientes que tienen cicatrización hipertrófica.
Los resultados definitivos de cualquier proceso quirúrgico no son inmediatos. Toda cirugía conlleva una alteración de los tejidos y un proceso de cicatrización interno, cuya evolución se prolonga durante el primer año tras la intervención. Por lo que los resultados no serán estables hasta transcurridos un mínimo de 6-12 meses.
La intervención conlleva una modificación de la imagen corporal que necesita un periodo de adaptación. Es normal que al principio te veas rara en el espejo, pero con el paso de las semanas te irás acostumbrando y adaptando a tu nuevo aspecto.
Con las medidas y la técnica apropiada, y en manos expertas, los riesgos son mínimos. Sin embargo, como cualquier intervención quirúrgica existen posibles riesgos:
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