El lifting crural, también conocido como dermolipectomía crural, es un procedimiento de cirugía plástica cuyo objetivo es mejorar la apariencia de la cara interna de los muslos mediante la eliminación de exceso de piel y tejido adiposo. Esta intervención está especialmente indicada para personas que presentan flacidez cutánea debido a una pérdida de peso significativa, al envejecimiento o a factores genéticos. Más allá de una cuestión estética, el exceso de piel en esta región puede causar incomodidad, roces o irritaciones frecuentes.
En qué casos se indica una dermolipectomía crural
El lifting crural se considera una opción adecuada cuando existe un exceso de piel que afecta tanto a la estética como a la funcionalidad del muslo interno. Esta intervención puede ser necesaria en distintos escenarios clínicos y personales, siempre que se cumplan determinados criterios.
- Tras una pérdida de peso importante, que deja un excedente cutáneo severo que no mejora con ejercicio físico o tratamientos no quirúrgicos.
- En casos de flacidez progresiva provocada por el envejecimiento natural de los tejidos.
- Cuando existe una predisposición genética a la laxitud cutánea localizada en la cara interna del muslo.
- Si el exceso de piel genera molestias al caminar, irritaciones frecuentes o dificulta el uso de determinadas prendas.
- Cuando la piel no se retrae adecuadamente pese a un índice de masa corporal saludable.
En estos contextos, la intervención no solo busca una mejora estética, sino también aumentar la comodidad en el movimiento y favorecer la confianza en la imagen corporal. Evaluar correctamente cada caso con un especialista es imprescindible para determinar la idoneidad del procedimiento.
Por qué una correcta elección del cirujano es un factor determinante en los resultados del procedimiento
Ponerse en manos de un especialista cualificado es decisivo para el éxito de la dermolipectomía crural. El cirujano debe contar con formación acreditada, experiencia específica en cirugía corporal y conocimiento detallado de la anatomía de la región inguinal y femoral. Además, debe valorar las necesidades individuales, diseñar un abordaje personalizado y ofrecer información clara sobre expectativas y limitaciones del procedimiento.
Elegir un profesional certificado por la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE), como el Dr. José Alberto Fernández Álvarez ofrece garantías adicionales de seguridad, profesionalidad y compromiso ético en cada fase del tratamiento. La relación de confianza con el especialista es fundamental para tomar decisiones informadas y obtener resultados coherentes con los objetivos deseados.
Paso a paso: cómo se realiza la intervención quirúrgica
El lifting crural es una cirugía que requiere precisión, planificación personalizada y conocimientos específicos en anatomía corporal. La intervención se adapta a las necesidades de cada paciente, combinando diferentes técnicas según el grado de flacidez y la cantidad de tejido excedente.
Fase preoperatoria
Antes de la intervención, el cirujano delimita cuidadosamente las áreas a tratar mediante un marcaje sobre la piel. Esta planificación permite definir con precisión la cantidad de piel que se va a resecar y trazar las líneas de incisión, con el objetivo de ocultar cicatrices, lograr simetría y resultados armónicos. También se valoran otros factores, como la calidad del tejido y la posible necesidad de combinar el lifting con una liposucción.
Técnica quirúrgica
Durante la intervención, se realiza una resección de piel y grasa localizada en la zona interna del muslo. En los casos leves o moderados, la incisión puede situarse escondida en el pliegue inguinal. Si la flacidez es más severa, se recurre a una incisión vertical a lo largo del muslo interno. La piel restante se tensa y se sutura cuidadosamente para conseguir una transición natural entre ingles, muslos y glúteos. En algunos casos, se asocia una liposucción para mejorar el contorno y favorecer la adaptación cutánea.
Cierre y cuidados inmediatos
Una vez completada la resección, se procede al cierre meticuloso de las incisiones para reducir al mínimo la tensión sobre la piel y favorecer una cicatrización adecuada. Se colocan drenajes si es necesario, así como prendas de compresión que ayudan a controlar la inflamación y mejorar el resultado estético. El paciente permanece bajo observación médica durante las primeras horas del postoperatorio.
Resultados esperados y beneficios del lifting crural

La mejoría estética tras una dermolipectomía crural es evidente desde las primeras semanas, aunque los resultados definitivos se aprecian tras varios meses, una vez completado el proceso de cicatrización y reducida la inflamación postoperatoria.
Beneficios que pueden esperarse tras un lifting crural:
- Mayor firmeza y tonicidad en la zona interna de los muslos.
- Reducción del volumen y definición más armónica del contorno corporal.
- Eliminación de pliegues cutáneos que causaban molestias o roces.
- Mejora de la autoestima y de la relación con la imagen corporal.
- Posibilidad de usar prendas ajustadas con mayor comodidad.
Además de su impacto estético, el procedimiento contribuye a mejorar el confort físico en el día a día, al reducir la fricción entre muslos y la sensación de incomodidad al caminar o realizar ejercicio. La valoración de resultados debe realizarse siempre a medio y largo plazo, una vez superadas todas las fases de la recuperación.
Tipos de cicatrices y consideraciones estéticas
El tipo de cicatriz resultante dependerá de la técnica utilizada. Cuando el exceso cutáneo es leve o moderado, puede optarse por una incisión en la zona de la ingle que queda bien disimulada con la ropa interior. En casos de flacidez más marcada, se requiere una cicatriz vertical a lo largo de la cara interna del muslo. Aunque esta última es más visible, suele aceptarse bien al ser la única forma de conseguir eliminar el sobrante de piel con una tensión adecuada de los tejidos, y la consiguiente mejoría del contorno de los muslos.
Con el paso del tiempo y con los cuidados adecuados, las cicatrices tienden a atenuarse. El uso de productos específicos, el seguimiento de indicaciones médicas y el control de la exposición solar influyen directamente en su evolución. Además, la correcta planificación de la incisión por parte del cirujano permite colocarlas en zonas estratégicas, minimizando su impacto visual.
Cuidados postoperatorios y tiempo de recuperación
La recuperación tras un lifting crural requiere reposo relativo durante los primeros días, evitando esfuerzos que puedan comprometer la tensión de la sutura. Es habitual el uso de prendas de presión para reducir la inflamación y facilitar la adaptación de la piel. La reincorporación a las actividades cotidianas suele producirse en dos o tres semanas, aunque el ejercicio físico debe retomarse de forma progresiva y bajo supervisión médica.
El seguimiento médico es esencial para controlar la evolución de la cicatriz, prevenir posibles complicaciones y optimizar el resultado final. Seguir las pautas indicadas por el cirujano es clave para que el proceso de recuperación sea cómodo, seguro y con resultados satisfactorios a largo plazo.