Los queloides son cicatrices anormales que se desarrollan debido a un crecimiento excesivo del tejido cicatricial tras una lesión en la piel. A diferencia de una cicatriz común, estas formaciones pueden extenderse más allá del área original de la herida, generando una apariencia elevada y enrojecida que, en algunos casos, puede provocar molestias estéticas y funcionales.
En el ámbito de la cirugía estética, la tendencia a desarrollar queloides es un factor determinante a la hora de planificar una intervención, ya que puede influir en los resultados finales. Existen estrategias tanto para prevenir su aparición como para tratarlos en caso de que se desarrollen.
Qué son los queloides y por qué se forman
Los queloides son el resultado de un proceso de cicatrización descontrolado en el que el cuerpo produce un exceso de colágeno durante la reparación de una herida. Esto da lugar a una cicatriz engrosada que puede continuar creciendo incluso después de que la herida haya cicatrizado por completo.
Su desarrollo no está limitado a heridas quirúrgicas, ya que pueden aparecer tras quemaduras, cortes, perforaciones, tatuajes o incluso acné severo. Aunque cualquier persona puede desarrollarlos, existen ciertos factores genéticos que aumentan la predisposición, especialmente en pieles más oscuras.
Diferencia entre queloides y cicatrices hipertróficas
Es común confundir los queloides con las cicatrices hipertróficas, ya que ambas condiciones presentan un engrosamiento de la piel. Sin embargo, existen diferencias clave entre ellas.
Las cicatrices hipertróficas se mantienen dentro de los límites de la herida original y pueden mejorar con el tiempo. En cambio, los queloides crecen más allá de la zona afectada y no suelen reducirse sin tratamiento. Además, los queloides pueden presentar una textura más densa y en ocasiones generar picor o sensibilidad en la zona afectada.
Cómo afectan los queloides a los resultados de la cirugía estética
El desarrollo de queloides tras una cirugía estética puede comprometer el resultado final del procedimiento. En intervenciones como el aumento de pecho, la rinoplastia o la abdominoplastia, la calidad de la cicatrización es un aspecto fundamental para lograr un acabado natural y armónico.
En pacientes con antecedentes de queloides, es importante planificar la cirugía considerando opciones que minimicen la tensión en la piel y el riesgo de cicatrices visibles. La ubicación de las incisiones, el tipo de sutura y el seguimiento postoperatorio son aspectos clave en la prevención.

Elegir un cirujano certificado y con experiencia es fundamental para minimizar riesgos y optimizar los resultados. Un especialista con formación experta en cirugía estética y reconstructiva conoce las técnicas adecuadas para cada tipo de piel y puede adaptar el procedimiento para reducir la posibilidad de cicatrización anómala. Además, un profesional cualificado está preparado para abordar cualquier complicación y establecer un plan de tratamiento personalizado en caso de que aparezcan queloides tras la intervención.
Factores de riesgo para desarrollar queloides tras una intervención quirúrgica
No todas las personas desarrollan queloides, pero ciertos factores aumentan la probabilidad de que aparezcan. Algunos de los más relevantes incluyen:
- Predisposición genética: las personas con antecedentes familiares de queloides tienen mayor riesgo de desarrollar este tipo de cicatriz.
- Tipo de piel: las pieles más oscuras tienden a ser más propensas a la formación de queloides debido a su mayor producción de colágeno.
- Ubicación de la herida: zonas con mayor tensión en la piel, como el pecho, los hombros o la parte inferior de la cara, tienen más probabilidades de desarrollar queloides.
- Edad: se observa una mayor incidencia en personas entre los 10 y 30 años, ya que la piel joven tiende a producir más colágeno.
- Cuidado inadecuado de la herida: no seguir las recomendaciones postoperatorias puede aumentar el riesgo de una cicatrización anómala.
Técnicas para minimizar el riesgo de queloides en cirugía estética
Existen diversas estrategias que pueden implementarse antes, durante y después de una cirugía estética para reducir la posibilidad de desarrollar queloides.
En la planificación quirúrgica, es fundamental elegir la ubicación de las incisiones en áreas menos propensas a generar cicatrices visibles. El uso de técnicas de sutura avanzadas y el empleo de apósitos de silicona o compresión en la fase postoperatoria ayudan a mejorar la cicatrización.
El tratamiento preventivo con corticosteroides en pacientes con antecedentes de queloides también puede ser una opción recomendada por el especialista.
Opciones de tratamiento para reducir o eliminar queloides
El tratamiento de los queloides debe ser seleccionado según el tamaño, la ubicación y la evolución de la cicatriz. Existen diversas opciones terapéuticas que pueden ayudar a reducir su tamaño, mejorar su apariencia y aliviar posibles molestias.
Cremas y geles de silicona
El uso de productos a base de silicona es una de las estrategias más recomendadas para mejorar la apariencia de los queloides. Los geles y apósitos de silicona ayudan a reducir la elevación y el enrojecimiento de la cicatriz, además de mantener la piel hidratada y protegida. Su uso debe mantenerse durante varios meses para obtener resultados óptimos, aplicándolos de forma regular y siguiendo las indicaciones del especialista.

Infiltraciones con corticosteroides
Las infiltraciones de corticosteroides, como la triamcinolona, son una opción eficaz para reducir la inflamación y el grosor del queloide. Estas inyecciones se administran directamente en la cicatriz en varias sesiones espaciadas en el tiempo. Su función es inhibir la producción excesiva de colágeno, evitando que el queloide siga creciendo. En muchos casos, este tratamiento se combina con otras técnicas, como la terapia con láser o la aplicación de presión sobre la cicatriz, para potenciar los resultados.
Tratamientos con láser
El uso de láser en el tratamiento de queloides se ha convertido en una opción avanzada para mejorar su apariencia y reducir su tamaño. Dependiendo del tipo de láser empleado, se pueden obtener diferentes beneficios: algunos actúan reduciendo el enrojecimiento, mientras que otros favorecen la remodelación del colágeno en la zona afectada. Para lograr resultados efectivos, suelen requerirse varias sesiones y, en muchos casos, se combinan con otros tratamientos, como el uso de cremas o infiltraciones.
Crioterapia
La crioterapia consiste en la aplicación de frío extremo sobre el queloide para reducir su tamaño y frenar su crecimiento. Se realiza mediante la aplicación de nitrógeno líquido, que congela el tejido anómalo y favorece su eliminación progresiva. Aunque es un tratamiento efectivo en queloides pequeños, puede causar molestias durante la aplicación y generar hipopigmentación en la piel, por lo que no siempre es la opción más indicada en personas con fototipos altos.
Cirugía plástica para la eliminación del queloide
En casos donde el queloide es demasiado grande o no responde a otros tratamientos, la extirpación quirúrgica puede ser una alternativa. Sin embargo, esta opción debe ser evaluada con precaución por un profesional, ya que la cirugía por sí sola puede desencadenar la formación de un nuevo queloide en la misma zona. Para reducir este riesgo, suele combinarse con otros tratamientos postoperatorios, como la aplicación de radioterapia superficial, presión mecánica o infiltraciones de corticosteroides.
¿Es posible someterse a una cirugía estética si hay antecedentes de queloides?
Las personas con antecedentes de queloides pueden someterse a cirugía estética, pero es fundamental realizar una evaluación detallada para reducir el riesgo de cicatrización anómala. La selección de técnicas quirúrgicas adecuadas y un seguimiento postoperatorio riguroso son esenciales en estos casos.
En algunos procedimientos, como la otoplastia o la blefaroplastia, el riesgo de queloides es bajo debido a la menor tensión en la piel de estas zonas. Sin embargo, en cirugías como la mastopexia o la abdominoplastia, donde las incisiones son más extensas, se deben tomar precauciones adicionales.
Cuidados postoperatorios para evitar la formación de queloides
El cuidado de la piel tras la cirugía es un factor determinante para minimizar el riesgo de queloides. Mantener la herida limpia y protegida, evitar la exposición al sol y seguir las indicaciones del cirujano sobre el uso de cremas o apósitos especiales puede marcar la diferencia en la calidad de la cicatrización.
La presión controlada sobre la cicatriz con vendajes de silicona y evitar movimientos bruscos en la zona operada también son estrategias eficaces para reducir el riesgo de cicatrices anómalas.
Innovaciones en el tratamiento de queloides en cirugía estética
Los avances en medicina estética han permitido el desarrollo de nuevas técnicas para la prevención y tratamiento de queloides. La combinación de láser con terapias tópicas, el uso de fármacos que modulan la producción de colágeno y la investigación en biomateriales para mejorar la cicatrización son algunas de las innovaciones que se están aplicando en la actualidad.
El seguimiento con un especialista en cicatrización y medicina estética es clave para aprovechar estas opciones y mejorar los resultados en pacientes con predisposición a desarrollar queloides.